Escuchando a Manuel Rivas

Ayer, en la librería Muga pudimos asistir a la presentación del libro Contra todo esto de Manuel Rivas. Acompañaba al escritor Fernando Ferro, habitual de Muga, grabador y agitador cultural como se gusta llamar. Escuchar hablar a Fernando es un placer en sí mismo, aumentado si además luego el que habla es un autor de la talla de Manuel Rivas, pero no hago esta entrada por lo que se habló ayer sino por que ese mismo día, antes de ir hacia Vallecas, había leído un poema de Rivas cuyos versos finales me parecen de una sutileza y una fuerza inmensas:

Tu mano vacía era una forma extraña.

Lo contenía todo

y en ella lloraba, en cuclillas, la nada.

Solo me queda recomendar al Manuel Rivas reivindicativo del libro que se presentó ayer,  al autor sutil de El lápiz del carpintero o La lengua de las mariposas  pero nadie debería perderse al Manuel Rivas poeta, imprescindible.

Y sin embargo…

Los ojos fríos del inquisidor se relajaron a medida que la confesión iba avanzando. No había hecho falta llegar a la persuasión física, tan desagradable  por otro lado, por lo que tenía de humillación por parte del reo cuando empezaba a confesar. La justicia de Dios había prevalecido. Aquel hombre viejo, de pelo  blanco, revuelto y mirada lunática se desdecía ante el tribunal y los presentes de todas sus herejías.

¿La tierra se mueve? Están locos, si les dejásemos sumirían en el caos a la sociedad, solo la Santa Madre Iglesia tiene la potestad de decidir sobre estas cuestiones, solo los doctores de la iglesia adoctrinan.

Este loco, con su telescopio, ese instrumento diabólico, el Creador nos ha dado ojos, nada hace falta para aumentar su visión, estamos siendo blandos. Deberían quemar todos esos instrumentos y todos los libros que incitan a su uso.

Galileo estaba cansado, había tenido que desdecirse de todas sus tesis. El hastío fue el principal motivo para su confesión, no tenía fuerzas para seguir luchando contra aquella roca insensible que era la inquisición. Por más razones, por más pruebas, aquellos hombres nunca soltarían su presa, ni cederían su posición de privilegio. Si la tierra se mueve alrededor del Sol, la humanidad, la creación del Señor ya no será el centro del Universo y sobre todo, tendrían que reconocer que estaban en un error.

Galileo había dejado de escuchar y solo miraba como corría la tarde a través de la ventana, la oscuridad iba tomando su lugar. Podía imaginarse la luna saliendo, en cuarto creciente y cerca de ella a unos pocos grados, hacia el horizonte, dirección noreste, le acompañaría venus, el planeta caliente al que la diosa romana le da su nombre. Solo quería, a aquellas alturas, que le dejasen en paz y poder seguir viendo atardecer los años que le quedasen.

El orador terminó y el juicio se dio por terminado. El viejo lo agradeció en su interior. Se acercaron sus amigos y el dogo del presidente del tribunal intuyendo que aquello había terminado se levantó y se desperezó ostentosamente, el perro, como una estatua, había permanecido tendido inmóvil a los pies de su amo mientras el juicio se había celebrado. El viejo, pasó sus ojos por las túnicas negras y las tonsuras de los clérigos, miró a los peligrosos ojos claros del inquisidor y haciendo un gesto con la mano hacia el perrazo dijo a sus amigos

– y sin embargo, se mueve.

Justificación (si es necesaria)

Echar un pie y luego otro, caminar, iniciar un camino que se sabe largo y del que se desconoce como acaba. Escribir, contarte historias a ti mismo, sin pensar en si eso alguna vez saldrá a la luz o si le interesa a alguien. Escribir cada palabra y releer cada frase. Dejar enfriar y retomar tiempo después cuando deja de tener sentido, cuando se pueda ver en perspectiva. Escribir es como caminar por una Rua do imaginário, viendo a un lado y a otro paredes blancas desconchadas, puertas cerradas o que se abren a escaleras imposibles y que sugieren mundos reales o imaginados.

Siempre tras nuevos textos, nuevos autores buscando quién pueda explicar lo que sé que no es explicable. Me gusta la poesía, por que tiene el poder y la ingenuidad de intentar responder por medio de la belleza a las preguntas que se hace la humanidad desde que tiene conciencia de sí misma, utilizando la belleza y el silencio de las palabras. También disfruto con relatos, con novelas; con todo aquello que me aporte algo.

Con esta web busco un medio para dar a conocer lo que he escrito y lo que escribo. Hablaré de libros, pondré algunos textos míos y muchos de otros. Hablaré de música, sin más criterio que mi gusto, de aquello que quiero tener a mano para escuchar de vez en cuando. Hablaré de esto y de más, de aquello que me inquieta, que me irrita, de aquello que no me quede más remedio que poner en forma de texto para aclararme yo mismo utilizando la escritura como un medio de compresión del mundo en el que vivimos.