Ayer, 24 de Agosto hizo 77 años que una compañía de republicanos españoles encuadrados en una división francesa pertrechada por los americanos, fueron los primeros soldados aliados en entrar en París. Venían de una guerra civil, de luchar contra los alemanes en en norte de África y eran la punta de lanza del avance aliado. Fue tan anecdótico como heroico, luego fue olvidada la contribución de los republicanos españoles y la geopolítica de después de la guerra hizo a Franco conveniente y a su país prescindible ¿a qué me suena esto hoy mismo?
Cuando descubrí la historia de la 9 enseguida quise escribir sobre ello, quise saber más de aquellos hombres y quise saber más sobre aquellas mujeres, sobre aquella generación que vivió la guerra, que no la pidió, ni la buscó, pero que hubo de afrontar años de miseria y miedo. Quería hacer una novela sobre la vida, que nos sorprende y nos arrastra, que no nos pregunta ni para lo bueno ni para lo malo, que nos lleva de aquí para allá y que pasados los años nos hace sentirnos felices de, por lo menos, seguir en pie. Por eso la novela parecía que solo iba a ser un relato de hechos de guerra, de unos contra otros y al final se convirtió en la historia de ella de Elena. Ella que no participa en la batallas pero que ve su vida zarandeada igual o más que la de Manuel.
Como recuerdo a ese día de hace ya tantos años y de esa novela que escribí y me quisieron publicar en 2017, cuelgo aquí parte del capítulo en el que la 9 entra en París: