Volveremos a las gargantas

Confinados como estamos, todos pensamos en los lugares a los que iremos cuando podamos salir. Uno de esos sitios, sin duda, serán las gargantas y ríos, para sentarnos en la orilla o para darnos un baño.

Juan Ramón Jiménez, poeta y premio nobel nos ofrece este pequeño poema:

Desde esta piedra

Mi apoyo es esta piedra que han lamido los siglos.
Desde ella, sereno, miro pasar el río,
miro seguir la nube, miro volar el nido.

Del libro Canciones de Queensbury. Lírica de una Atlántida. Tusquets Editores

Arroyo de Yuste, Cáceres

Reverbera la música

Hoy más que nunca me acuerdo del poema de Ángel González:

REVERBERA LA MÚSICA EN LOS MUROS…

Reverbera la música en los muros

y traspasa mi cuerpo como si no existiese.
¿Soy sólo una memoria que regresa

desde el cabo remoto de la vida,

fiel a una invocación que no perdona?
Música que rechazan las paredes:

solo soy eso.

Cuando ella cesa también yo me extingo.
                  Ángel González

Es hermoso pensar que somos el reflejo de la música, pero también es terrible, pues apenas queda eso de nosotros, poco más que un recuerdo.

Libro del desasosiego (I). Fernando Pessoa

«Y así, ajenos a la solemnidad de los mundos, indiferentes a lo divino y despreciadores de lo humano, nos entregamos con futilidad a las sensaciones sin propósito, cultivadas en un epicureismo sutil, como conviene a nuestros nervios».

Traducción y edición: Manuel Moya. Alianza Editorial.

Escuchando a Manuel Rivas

Ayer, en la librería Muga pudimos asistir a la presentación del libro Contra todo esto de Manuel Rivas. Acompañaba al escritor Fernando Ferro, habitual de Muga, grabador y agitador cultural como se gusta llamar. Escuchar hablar a Fernando es un placer en sí mismo, aumentado si además luego el que habla es un autor de la talla de Manuel Rivas, pero no hago esta entrada por lo que se habló ayer sino por que ese mismo día, antes de ir hacia Vallecas, había leído un poema de Rivas cuyos versos finales me parecen de una sutileza y una fuerza inmensas:

Tu mano vacía era una forma extraña.

Lo contenía todo

y en ella lloraba, en cuclillas, la nada.

Solo me queda recomendar al Manuel Rivas reivindicativo del libro que se presentó ayer,  al autor sutil de El lápiz del carpintero o La lengua de las mariposas  pero nadie debería perderse al Manuel Rivas poeta, imprescindible.

Como pompas, cinco años después

En éstas fechas se cumplen cinco años de mi primer libro, Como Pompas de Jabón, ya que coincide con el inicio de este blog voy a dedicar las primeras entradas a recordar(me) aquella experiencia que fue publicar un libro.

Como comienzo voy a poner aquí una de las citas que iniciaban el libro y el poema con el que acaba el libro.

La cita es de Jose Emilio Pacheco, uno de los poetas que más me gustan:

Esta ciudad “no tiene historia, solo martirologio.”
El país del dolor.
La capital del sufrimiento,

el centro deshecho
del inmenso desastre interminable.

José Emilio Pacheco.

Y el poema, que está marcado con el número XX, es este:

Estas palabras son vestigios,
estratos arqueológicos
para que mañana
quien los lea, sepa
o, tan solo atisbe,
que un día llamé a alguien
padre y madre.
Pero la arqueología es una ciencia
difícil y esquiva
que interpreta
por todos los medios materiales
e informáticos de los eruditos,
aquello que en el fondo
no es más que olvido.