Los mercenarios somos gente de fiar
I En su presencia, ninguno de nosotros se atrevió a contradecirle, después, en la cantina, fue saliendo de nuestras bocas un murmullo cada vez más
I En su presencia, ninguno de nosotros se atrevió a contradecirle, después, en la cantina, fue saliendo de nuestras bocas un murmullo cada vez más
Esta mañana he visto en facebook una publicación de Secretos de Madrid, en ella se menciona una estación «fantasma» dentro de la red de metro
Parapetos Los paisanos armados y con el gesto crispado se movían de un lado a otro buscando a alguien que les dijese lo que tenían
Los ojos fríos del inquisidor se relajaron a medida que la confesión iba avanzando. No había hecho falta llegar a la persuasión física, tan desagradable